Desde 1984 han entrado en los Centros de Recuperación de España, un total de 3534 águilas calzadas donde se ha determinado una causa de entrada. De ese total, las electrocuciones han sido 625 individuos, lo que hace un 17,69% de las entradas. La segunda causa después de las colisiones, traumatismos, choques. Las calzadas no son una especie que utilice los tendidos para descansar como hacen otras aves rapaces como milanos y busardos. Lo que suele hacer es posarse una vez que ha capturado alguna presa, no siendo raro encontrar a la calzada electrocutado con la presa en las garras.
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FOTOGRAFÍA: COFIB-Mallorca. Hembra joven clara electrocutada en Santanyí el 16/10/2017
con el gazapo que había capturado |
Por este motivo, quería dedicar este post a la Plataforma SOS Tendidos, la
cual está formada por nueve entidades conservacionistas para alertar sobre el
grave impacto de los tendidos eléctricos en las aves y exigir soluciones
eficaces. Disponen de página web (http://www.sostendidos.com/) y blog donde cuelgan noticias relacionadas con
este grave problema que son las electrocuciones de aves en tendidos. Forman
parte de la plataforma asociaciones como Ecologistas en Acción, FCQ, SEO/BirdLife,
SIECE y WWF España); también están presentes otros profesionales y colectivos
dedicados a la conservación de la biodiversidad, como los agentes de medio
ambiente (AEAFMA), los hospitales de animales salvajes (AMUS y GREFA) o medios
de comunicación especializados como la revista Quercus.
Después de recoger información sobre electrocuciones de aves
desde hace unos años, la plataforma formula las siguientes peticiones a la Administración
relativas a los tendidos eléctricos:
- Se debe promulgar
una normativa electrotécnica de aplicación básica en todo el Estado que
garantice eficazmente la protección de las aves. Para ello, es urgente mejorar
el Real Decreto 1432/2008 que, hasta la fecha, no ha conseguido solucionar
eficazmente la mortalidad de aves en los tendidos eléctricos y dictaminar las
responsabilidades legales por este motivo.
- Las grandes compañías eléctricas son las beneficiarias
económicas de la explotación de las líneas eléctricas y por lo tanto las
responsables ambientales de la mortalidad de aves que causan con su actividad
empresarial. Deben por ello asumir el coste de la adecuación de sus
instalaciones para compatibilizar su negocio con la conservación de la
avifauna.
- Las administraciones competentes en materia de
conservación de especies silvestres deben asumir su responsabilidad en la
solución de este grave problema. Es necesario que los responsables ambientales
de las comunidades autónomas identifiquen los puntos más problemáticos de
mortalidad, exijan su modificación o aislamiento y se impliquen activamente en
la solución del problema.
- La mortalidad por electrocución de aves es un problema
tan acuciante que se debe preparar un plan de actuación para la corrección de
los miles de kilómetros de tendidos peligrosos que se reparten por la geografía
española. En áreas con especial riesgo de colisión de aves no se deben instalar
nuevos tendidos eléctricos aéreos y se deben modificar los existentes
soterrándolos o instalando marcas visuales (balizas salva-pájaros) duraderas y
eficaces.
- La autorización administrativa de nuevos tendidos
eléctricos debe tener en cuenta el riesgo de electrocución y colisión de aves y
deben incluirse medidas correctoras de eficacia comprobada que eliminen o
minimicen la incidencia de los nuevos tendidos sobre la avifauna.
Desde 2015 llevan a cabo el proyecto PON UN TENDIDO EN TU
PUNTO DE MIRA con la ayuda de voluntarios, conservacionistas... los cuales
rellenan una ficha (estadillo) con los datos del tendido, especie, localidad...
cuando se localiza algún animal muerto o herido como consecuencia de colisión
y/o electrocución con un tendido eléctrico.
Para ayudar a las personas que
localizan al ejemplar, en esta misma página se enlace a dos excepcionales
documentos, que elaboró el antigua MAGRAMA, ahora MAPAMA, titulados “Guías de Identificación
de rapaces por restos óseos”. Los datos que presentan en su página web, hablan
de 2954 individuos de diversas recogidas en tendidos eléctricos desde 2015. En el caso concreto del águila calzada, aporta la cifra de 24 individuos electrocutados (2015=15; 2016=6; 2017=1; 2018=2).
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FOTOGRAFÍA: Calzada localizada muerta en la Comunidad de Madrid el 29/05/15 |
En esta misma WEB, incluyen una aplicación que puede
darnos mucha información sobre cuándo, cómo, qué especie... se ha localizado en
cada tendido eléctrico que ha sido inventariado como causante de algún episodio
de electrocución de animales silvestres. Es un mapa realizado con Google Maps que
geolocaliza cada punto peligroso. En la página web habla de la aplicación de la
siguiente forma:
- Debido a la alta densidad de iconos, recomendamos hacer zoom
en el mapa para acercarse a la zona que le interese visualizar con mayor
detalle. Pulsando sobre los diferentes iconos podrá tener más información sobre
el tendido o poste, así como las especies electrocutadas o colisionadas.
- Si pulsa sobre el icono de la parte superior izquierda del
mapa, se desplegará un panel lateral informativo desde el que podrá acceder a
los ítems de manera independiente.
- Con este icono, podrá ampliar el mapa a pantalla completa y
acceder igualmente a las descripciones a través de un panel lateral.
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MAPA LOCALIZANDO TENDIDOS ELÉCTRICOS CON SINIESTRALIDAD |
Los ítems del mapa se corresponden con las siguientes
descripciones:
Los iconos morados se corresponden con las cabezas
especialmente peligrosas que se han detectado y que, pese a no haber encontrado
evidencias de electrocuciones en ellas, revisten un especial peligro.
Los iconos de rojos indican un punto negro, en el que, o
bien se han localizado 3 o más animales electrocutados, o bien se han
encontrado cadáveres de especies muy sensibles en materia de conservación.
El icono amarillo indica la ubicación de los puntos donde se
han encontrado animales electrocutados o colisionados.
Los iconos verdes son aquellos postes que, después de ser
denunciados, han sido corregidos y aislados con medidas anti-electrocución para
aves.