Dentro de la gravedad del hecho,
dentro de lo malo, el macho había sobrevivido. Por este motivo, tenía la
certeza de que esta temporada 2019, volvería a ver este territorio ocupado. Si
existía una buena población divagante de calzadas buscando territorios en esta
cuadrícula, seguro que el macho encontraría pareja. Este hecho también lo había
constatado, ya que durante 2018, había localizado individuos no reproductores
de calzadas, llamando insistentemente en busca de compañeros/as para comenzar a
establecer una pareja y comenzar a reproducirse.
Este año 2019, debido a la climatología
adversa que se había presentado en el Estrecho de Gibraltar, las calzadas han
ido llegando poco a poco a sus territorios. Si que es verdad que se han visto
calzadas por la zona, los cuales corresponden con individuos en su migración
hacia el norte, divagantes, etc. La primera pareja establecida en su
territorio, cerca de su nido, ha correspondido al 30/03/19. Solo una de las 14
que localizamos en 2018. La siguiente pareja, la detecté el viernes 05/04/19.
Y ¿sabéis cuál fue? FUE LA PAREJA
DE ALDEAMAYOR!!!!!
Os cuento el reencuentro entre las
calzadas de ese territorio y yo. Sobre las 16:45, dentro del trabajo de estas
primeras semanas, el cual está previamente definido y organizado desde hace
meses y remitido a la Dirección General del Medio Natural de la Junta de
Castilla y León, voy visitando los territorios donde he localizado en 2018 una
pareja reproductora, individuos fijados pero no reproductores o nidos
localizados pero sin indicios de cría por parte de ninguna especie en 2018. Las
visitas se realizan cada 3-4 días para poder determinar la fecha de llegada y
ocupación del territorio. En esas visitas, se determina la presencia o ausencia
de calzadas, en base a contactos acústicos, detección de individuos en vuelo,
presencia de cagadas debajo de posaderos y/o nidos, aporte de ramas y/o hojas
frescas como ramas señales de ocupación.
Al llegar a la zona, no escuche
en ningún momento a ninguna calzada. Al aproximarme a los posaderos y nido de
la pareja del año pasado, salió una calzada clara del árbol. Me pareció una
hembra muy grande, con muy buen aspecto físico. Excepcional. Qué alegría más
grande comprobar que alguna calzada de esas divagantes, sin territorio todavía
ni pareja, había elegido el nido donde el año pasado la hembra residente había
muerto. Nos da una idea de la buena salud de la población con individuos que
intentan entrar a criar, seguramente hijos/as, nietos/as... de muchos de los
adultos reproductores presentes en la cuadrícula. En vista de esta grata
sorpresa, coloqué el hide portátil y esperé a confirmar la buena noticia. Pero
lo mejor estaba aún por llegar, sobre las 18 veo llegar a una calzada por
dentro del pinar en dirección al nido, a media altura. Y la sorpresa fue
mayúscula: era un macho intermedio precioso, con un iris amarillo que resaltaba
sobre ese color oscuro de la cara. Traía un buen buche, se posó en el nido,
llamó a su hembra y allí estaba ella, clara, joven, fuerte y con ganas de
comenzar a formar una familia nueva de calzadas.
Os subo unas imágenes del macho,
al cual llame Satán acordándome de una fotógrafo indio, el cual ante una
calzada de este tipo, denominó su foto como la mirada de Satán al matar una
presa. A la hembra, pensé en llamarla Artemisa, nombre de la diosa griega de la
caza y de los animales salvajes. Pero me gustaba más el nombre que los romanos
dieron a esta diosa: Diana. Le he puesto este nombre porque Diana (Artemisa) se
caracterizaba por ser fuerte, valiente... y esas cualidades, son las que va a
necesitar esta hembra para evitar, repeler, rechazar... un posible ataque de un
potencial depredador.
FOTOGRAFÍA.- Macho intermedio posado. Autor: Ignacio S. García Dios |
FOTOGRAFÍA.- Hembra morfo clara posada. Autor: Ignacio S. García Dios |
No hay nada como confirmar,
comprobar... que las previsiones, ideas... que tenía yo hace meses sobre esta
pareja, se han confirmado. Por un lado, muy contento, por otro lado, algo de
preocupación por si ocurre lo del año pasado con un nuevo ataque del búho real
vecino.