Ayer fue unos de los momentos más emocionantes y
satisfactorios de cada temporada de calzadas, y ya llevo 22 a las espaldas y en
las botas de campo. Son de esos días, en que todo el esfuerzo, sacrificio,
cansancio... que se dedica desde finales de marzo, se ve recompensado cuando
llegas a un nido y ves a dos pollos ya a punto de ramear, comenzar a volar,
cazar... Hasta este momento, han sido sus padres, y en una pequeña parte, los
que nos hemos embarcado en esta nueva cruzada, los que hemos hecho posible
llegar a este momento de la mejor forma. No todas las parejas localizadas han
tenido ese final exitoso. He tenido que asistir a recoger los restos de adultos
y pollos en los alrededores de los nidos, ver parejas que no han iniciado la
reproducción, calzadas sin pareja cerca de sus nidos... Han sido muchas
jornadas de campo, subiendo, bajando, andando, pasando calor, lluvia... Este es
el primer año de trabajo del proyecto de investigación que diseñé en 2017 para
la especie en la provincia. Es el segundo año accediendo a los CRAS de Burgos y
Valladolid, para seguir con la toma de biometría, plumaje, causas de
entradas... Esta base es sólida, y es la que nos va a permitir el año que
viene, afrontar la segunda temporada de campo centrándonos en la reproducción. El
año que viene capturaremos adultos, marcaremos y anillaremos adultos y pollos, obtendremos
parámetros reproductivos, dieta, observaciones sobre comportamiento, grabaciones...
No estoy solo en todo este trabajo con la especie. Empezando
por mi pareja, Lauri, que este año ha hecho también kilómetros y kilómetros de
campo en busca de nidos (hasta se ha equipado como una ornitóloga); mis hijos
Daniel y Jaime que ven todo el trabajo que voy realizando, Cristian y Rafa por
su ayuda en el conocimiento de la zona, busca de nidos, determinación de pollos
y morfos; Vicente y José Manuel con sus fotografías y grabaciones. Todos estos
trabajos, tanto en Ávila como en Valladolid, están autorizados por los
Servicios Territoriales de Medio Ambiente de esas provincias. Nicolás y
Yolanda, técnico del Servicio, tramitan los permisos oportunos a mis
solicitudes. También han participado, como en el día de ayer, agentes
medioambientales como Carlos y Diego. Agradecer también al personal de los CRAS
de Burgos y Valladolid por facilitarme los accesos, información, ayuda,
especialmente a Saúl, Gabriel, Bea, Tomás...
Para terminar con este blog, quería agradecer también a
César el trabajo de ayer. Le conocí por mediación de Chema, al cual le pregunté
si conocía alguien que escalara. Me pasó el contacto de César para que hablara
con él. Era urgente el poder acceder a unos de los nidos controlados para poder
determinar el sexo de los pollos, por este de los morfos de coloración, sexo,
genes... Hablé con él para ver si me podía echar una mano ya que durante su
trabajo, la escalada es el pan nuestro de cada día. Y aceptó ayudarme en esta
actuación. Vino acompañado de Hermes, ayudante en el proceso. Además de ser un
gran amante de las aves, cetrero... se dedica al mundo de los trabajos
verticales. Os coloco aquí el enlace de su blog, por si queréis ver a qué se
dedica, y si algún día necesitáis un profesional, no dudéis en contactar con
él:
Pero no solo estamos ante un profesional de los trabajos
verticales, también saca tiempo para realizar otro tipo de trabajos artísticos
como pintura, escultura, forja... Muy buenos trabajos, bien acabados, muy
reales, etc. Para ver su obra, os añado también el enlace del blog que utiliza
para publicitarlo:
Aparte de todo esto, ayer demostró una gran profesionalidad,
respeto, conocimiento... en el mundo de la escalada y el manejo de aves
rapaces. Con gente como él, el trabajo de un biólogo es más llevadero y más
fácil de ejecutar. Tener la tranquilidad de saber que sube al nido una persona
como César, que trata con esa delicadeza a las calzadas, con el material
apropiado, que está pendiente de que los pollos estén bien abajo... no tiene
precio. Desde aquí agradecerle su ayuda, y para que veáis el proceso de ayer unas fotos y vídeos.