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miércoles, 23 de septiembre de 2020

CLEISSY y MAEL SIGUEN EN SU TERRITORIO

Gracias a Nicolás Muñoz, podemos ver y saber de CLEISSY y MAEL, los cuales ha visto y podido hacer estas fotos este lunes 21 de septiembre. Llevan ya más de dos meses y medio desde que fueron marcados. Gracias a las marcas de maquia podemos identificar quién son, y podemos ir conociendo más aspectos sobre la fenología de las calzadas de Valladolid. Xana salió ayer 22 de septiembre de su territorio. Garoé sigue en la zona. Mirad que fechas tan tardías de las calzadas pucelanas. Estas observaciones que anotamos de calzadas con maquia en nuestra zona, nos sirven para darnos cuenta también de la importancia de poder individualizar a cada individuo, y nos van a dar muchos datos en un futuro a medio plazo. La población del sureste de Valladolid, está presentando unos parámetros reproductivos muy bajos, se están detectando problemas de conservación que deben ser estudiados en profundidad para revertir la situación. Fijaros en las fotos y mirad que cuerpo más fuerte y robusto presentan estas calzadas. Cleissy y Mael están cazando perfectamente, ya conocen todas las técnicas de vuelo que necesitan para marchar. Road y Thin los han criado perfectamente, y Thin su único referente en el territorio desde finales de agosto, los ha enseñado de maravilla. Estamos tranquilos con estos jóvenes porque seguro que saldrán perfectamente adelante. 



Estas observaciones, de las cuales tenemos bastantes además de grabaciones con cámaras de todo el proceso de los jóvenes marcados y con emisores, no se contabilizan en las estadísticas ni porcentajes de la eficacia de los marcajes. Solo se tienen en cuanto las observaciones y recuperaciones de ejemplares que salen de sus territorios durante el proceso de independencia. Ya son 163 jóvenes marcados durante estos años, con un buen porcentaje de observaciones y recuperaciones. Se han citado calzadas nuestras en Francia, Sevilla, Cádiz, Cáceres, Badajoz, Albacete, Madrid, León y Mauritania. Gracias a que van marcados los ejemplares sabemos su procedencia, sexo, edad... y se pueden extraer datos muy valiosos de sus movimientos. Además de estos datos, se determinan las principales causas de mortalidad de jóvenes, las cuales aunque cueste creerlo en el siglo XXI, siguen siendo los disparos, ahogamientos en balsas de riego y la electrocución. En cuando a las equipadas con emisores, de los cuatro jóvenes, hemos tenido una baja en La Cistérniga (Valladolid). En breve se sabrán más detalles de la investigación. Sin marcas ni emisores, habría más impunidad en nuestros montes. A ver si con estos métodos, se piensan más las cosas a la hora de acabar con la vida de muchas aves en nuestros campos.

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