CAZANDO POR LA CIUDAD

Esta serie de fotografías de de Roberto Gutiérrez Elvira en la Calle Montelatorre en Aranda de Duero (Burgos), nos muestra de nuevo la gran adaptación que ha hecho el águila calzada a la hora de explotar un habitat como las zonas urbanas. Desde que comencé hace 26 años a esta especie, gracias a que desarrollé mi trabajo de campo en el valle del Tiétar, sierra de Gredos, La Moraña... pude ver en multitud de ocasiones a ejemplares entrando en localidades pequeñas como El Arenal, El Hornillo, Guisando, Candeleda, Arenas de San Pedro, Madrigal de las Altas Torres, etc., a por aves como gorriones, golondrinas, aviones, vencejos, etc., incluso en alguna ocasión meterse en gallineros dentro de los pueblos. Nunca localicé un nido criando en árboles dentro de estos pueblos, sobre todo en los de más de 5000 habitantes. Pero poco a poco, eso ha ido cambiando. Gracias a la gran disponibilidad de presas, tranquilidad al ser zonas inaccesibles debido al sotobosque, falta de depredadores, etc., han ido año tras año entrando en poblaciones grandes para ubicar sus nidos, definir sus territorios, criar y cazar. Desde que vivo en Valladolid, he ido conociendo nuevas parejas criando dentro del casco urbano, subiendo y bajando el río, entrando en Campogrande, Paseo de Zorrilla, Plaza Mayor, etc. Van con total tranquilidad a por las palomas domésticas, torcaces, tórtolas, estorninos... Además de aves, la ciudad de Valladolid y localidades colindantes, cuentan con una población muy densa de conejos, lo cual beneficia mucho a la especie. En otras zonas como Valencia, Málaga, Sevilla, Cáceres, Ávila, etc., también entran y salen de esas ciudades para localizar presas e incluso criar. Es adaptarse o reducir las poblaciones, y la calzada ha sabido adaptarse, lo cual además de beneficios, también conlleva problemas como la Trichomoniasis, atropellos, colisiones...

Y ahora la serie de fotografías. En ellas podemos ver un joven de primer año calendario (1yr), el cual acaba de capturar una tórtola turca. Podemos ver todavía como esta sigue viva. Todavía los jovenzuelos les cuesta acabar con las presas. Por lo menos, este ejemplar ya sabe como pillarlas, y poco a poco irá cogiendo más destreza y rapidez.