MADRES DELICADAS COMO NINGUNA

Cuando se oberva a una madre calzada desde un hide o desde una cámara, se puede ver una de las características que las definen: DELICADEZA. Pero no es casualidad el observar a una hembra que tienen esos comportamientos, sino que sigues observando otra y otra, año tras año, y así 30 años, y te das cuenta de que son todas igual de atentas, delicadas, y en algunos casos insistentes hasta el extremo para que sus pollos coman. Os subo dos vídeos donde podéis nos comportamientos como los que os cuento.

El primero de ellos, es cuando la hembra se tiene que tumbar de nuevo sobre los huevos y/o pollos. En vista de sus garras (cerca de 9 cm), y de sus afiladas uñas, debe ser muy cuidadosa para no romper ni hacer nado a los pequeños. Las vemos que se aproximan tranquilamente, despacio, como a cámara lenta. Intenta meter la garra con los dedos y uñas recogidas al lado de los huevos, si contacta con ellos, rápidamente levanta la garra y vuelve a intentarlo. Y así una veztras otra, hasta que consigue dejar entre sus patas, debajo de su pecho, a los huevos y/o pollos, darles calor y sin causarles ninguna herida.

El segundo comportamiento que os quiero mostrar, es el referente a las cebas de los pollos. Las primeras horas, los primeros días, los pequeños a veces tienen hasta los ojos medio cerrados, no son capaces de erguir con fuerza el cuello. Ellas van sacando trozos, pero deben ser adecuados en cuanto a tamaño, no presentar huesos largos... Deben ser los mejores trozos, muy jugosos, con bastante carne... Ella irá sacando trozos, y los que detecte que no son adecuados, los comerá ella. Cuando detecta, siente, alguno del tamaño adecuado, se agachará levemente, acercará su pico al del pollo, inclinará la cabeza, e ira ofreciéndoselo al pollo. Ella lo lleva cogido entre el pico, dejando abierto este, inclinado, para que el pollo solo tenga que mover la cabeza hacia abajo, y coja el trozo de presa sin esfuerzo. Si se le cae, lo buscará por dentro de los palos del nido, lo volverá a coger, y se lo volverá a ofrecer. También cuando ya están bien comidos, con buen buche. parece que no se quedan contentas, y siguen ofreciéndoles más trozos hasta que lo cogen, o hasta que el pollo se mueve o se tumba.