Mientras estudiaba en la Universidad de Alicante Biología, ya tenía claro que una vez acabada la carrera me dedicaría al estudio de las rapaces, las cuales me apasionaban desde bien pequeño. Con los escasos recursos que tenía disponibles, iba comprando libros sobre rapaces, ya fueron diurnas o nocturnas. En esos años adquirí el libro de las Rapaces Nocturnas de H. Mikkola, de la Editorial Perfils. Un gran libro en aquellos momentos. Una de las especies tratadas era el cárabo (Strix aluco), de la cual se recogía la historia del fotógrafo que había perdido un ojo al fotografiar una pareja de esta especie. A día de hoy, todavía me preguntan si es necesario taparse la cara con una pantalla cuando subimos a los nidos, ya que muchas personas ha oído la historia.
Hace ya un tiempo, localicé este dibujo que comparaba la fotografía de la naturaleza antes y ahora. En dicho dibujo, podemos ver a un fotógrafo en la actualidad, con sus técnicas para aproximarse a un nido de cárabo, comparándolo con el fotógrafo que perdió un ojo al fotografiar a una pareja, el cual aun así, seguía fotografiando a estas especies.
Cuando comencé a escribir la monografía sobre el águila calzada para Tundra Ediciones, comencé a buscar fotos de la especie que pudieran ilustrar el libro. Las buscaba en color ya que me parecía que un libro de ese calado, necesitaba de las mejores fotos posibles. Pero hubo una foto que me llamó la atención. Era la foto de una hembra de calzada echada en un nido, en plena incubación. Comencé a buscar al autor de esa foto, llegando a determinar que era Eric Hosking. Me propuse localizarlo para pedirle autorización para poder publicarla. Y mientras me daba vueltas el nombre en la cabeza porque me era familiar. Hasta que un día investigando en este fotógrafo, pude confirmar que era él, el que había perdido el ojo en una de esas sesiones de fotografía de una pareja de cárabos. Contacté con David Hosking, su hijo, el cual me comunicó que su padre ya había fallecido pero que me autorizaba a publicar la foto. Me pareció una gran forma de honrar la memoria a Eric Hosking. Más aún, cuando en la fecha en que está hecha la foto en la Sierra de Cazorla, las rapaces eran cazadas y los autores de su muerte eran gratificados por la Junta de Exterminio de Animales Dañinos.
En este año pasado, a finales de 2019, entregué un proyecto sobre las actuaciones a realizar con cámaras de fototrampeo en parejas de calzadas, y fui seleccionado como becario de la Fundación Eric Hosking. Habían pasado décadas desde que leí la historia de Hosking - Cárabo, y después de ese tiempo, publiqué una foto suya de una calzada, entablé amistad con su hijo David, y soy becario de su Fundación.
Así es la vida.