MOVIMIENTOS EMISORES JÓVENES DE CALZADA

El sábado 11 de julio, cuando los pollos tenían 38 y 41 días en los dos nidos seleccionados, se equiparon a los cuatro pollos de águila calzada con emisores GPS/GSM por parte de Javier de la Puente, y yo como precursor e investigador del Proyecto Pennatus. 

Ya han pasado 12 días, donde hemos ido visitando los nidos de estos pollos, para comprobar que todo marchara bien. Por ahora, tenemos en el primer nido donde se actuó, ha SALARIA (hembra de morfo claro) que ya realiza vuelos lineales por dentro del pinar, por el borde de éste, sale alguna vez al abierto para luego entrar al pinar, pasa parte de su tiempo en un posadero cercano al nido... Es la que más avanzada va de los cuatro pollos. Hoy ya tiene 53 días. Está apadrinada por el pueblo de Salares (Málaga).

Su hermana, llamada ESCARLATA, una hembra de morfo oscuro con 50 días, está amadrinada por CAROL y ENZO. Va un poco más retrasada, pero su emisor ya nos indica que se está moviendo por los alrededores del nido. El lunes 20 estuve viendo a estas dos hembras desde el hide. Todo marchaba bien.

En el segundo de los nidos, el cual visité el martes 21, tenemos a XANA, hembra de morfo claro, de la cual ya sabéis el porqué de su nombre. Ya tiene 53 días. El martes ya comenzaba a salir del nido a las ramas cercanas. Estaba en buen estado, muy bonita, grande, gran plumaje...

Por último, su hermano GAROÉ, macho de morfo claro, apadrinado por Andrés, es el que va más retrasado en el proceso del inicio del vuelo. Hoy sigue marcando la posición dentro del nido. El martes estuvo aleteando, saltando, cogiendo fuerza y destreza para comenzar a ramear. Tiene 50 días. Veremos estos días que tal se encuentra.

SEGUIMOS CON EL VENENO

Se ha publicado recientemente el estudio sobre el VENENO EN ESPAÑA: EVOLUCIÓN DEL ENVENENAMIENTO DE FAUNA SILVESTRE (1992-2017), realizado por David de la Bodega (SEO/BirdLife), Carlos Cano (WWF) y Eva Mínguez. El anterior abarcaba del 1992-2013. Recojo parte de la introducción del trabajo, donde se dan algunos datos que nos deben hacer reflexionar sobre esta práctica ilegal:

En España, entre 1992 y 2017, se ha confirmado la muerte por consumo de cebos envenenados de 21.260 animales, en un total de 9.700 episodios de envenenamiento. Cada episodio ha podido dar lugar a la muerte de varios animales y es, cada uno de ellos, un delito contra la fauna. Estos datos constituyen únicamente la punta del iceberg de este problema, siendo la dimensión real del mismo mucho mayor ya que sólo se detecta una pequeña parte de los casos totales. El uso ilegal de veneno genera un impacto muy

grave en la biodiversidad española y afecta a especies como el buitre negro (Aegypius monachus), el buitre leonado (Gyps fulvus), el alimoche (Neophron percnopterus), el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) o el milano real (Milvus milvus). Todas estas especies, en su mayoría amenazadas, junto a otros mamíferos, como el oso pardo (Ursus arctos), lobo ibérico (Canis lupus subsp. signatus), lince ibérico (Linx pardinus) o zorro (Vulpes vulpes), son víctimas todos los años del uso de cebos envenenados, un problema que también afecta a numerosas mascotas en entornos urbanos, si bien el presente informe solo recoge casos de envenenamiento en el medio natural. El veneno más utilizado en España es el carbamato aldicarb, sustancia prohibida desde el año 2007, y que aparece en el 40% de los episodios registrados, seguido del carbofurano (24% de casos), prohibido desde 2008, y la estricnina (5%), prohibida desde 1994.

En el caso de la calzada, en el informe de 1992-2013, se localizaron 56 calzadas envenenadas, lo que representaba el 0,9% de las muertes confirmadas. Transcurridos cuatro años más, se han registrado 61 casos de calzadas envenenadas, es decir, 5 más en 4 años; lo que representa un 0,81% de los casos registrados de fauna envenenada. Son un poco más de 1 ejemplar por año, que puede parecer poco, pero es que deberían ser 0 casos registrados. No hay que tener miramientos con esta gentuza que se dedica a poner veneno en nuestros montes. Deben ser identificados, perseguidos y metidos en prisión.