Sabía yo de la existencia de calzadas en cetrería, gracias
al libro de Félix Rodríguez de la Fuente titulado “El arte de la cetrería”.
Tuve la ocasión de tener este libro entre mis manos. Félix dedicó un capítulo
al águila calzada, que aunque no la consideraba como una rapaz para cetrería, era
tan bonita y elegante que se merecía un capítulo en el libro. Nos narra la observación
de un nido de calzadas, donde el macho (torzuelo) aporta diversas presas a la
hembra y a los pollos. No habla de una especie, que le gusta el vuelo a gran
altura aprovechando las térmicas para luego realizar espectaculares picados
para capturar a sus presas. Interesante también, cuando dice que a la calzada
es a la que habría que llamar perdicera, no a la otra. Para terminar el
capítulo, recuerda a la calzadilla que tuvo él. La define como perezosa,
tranquila, pero poseedora de gran dignidad. Dice que nunca había cazado nada
con ellas en sus salidas; aspecto éste que cambió cuando la liberó.
Las personas que son cetreras, que aman el arte de la
cetrería, son personas respetuosas con todas las formas de vida de nuestro
planeta. Conozco varias personas que tienen o han tenido rapaces de cetrería, y
al hablar de ellas denotan conocimientos sobre sus aves, respeto hacia ellas,
se desviven por sus aves... Ya pasaron aquellos tiempos en que la gente iba a
nidos, algunas veces para retirar las presas aportadas a los pollos por los
adultos, otras veces para descastar a estas aves, otras veces para extraer
algún pollo para dedicarlo a la caza... Esa época estaba incentivada por la
administración a través de la Junta de Extinción de Animales Dañinos en España.
Gracias a la legislación europea y nacional, todo eso se prohibió y se avanzó
hacia el respeto y la conservación de la naturaleza.
Por desgracia, siempre hay algunos individuos, que quieren
incluirse en algún colectivo o dicen pertenecer a ese colectivo porque simulan,
en su mala versión, las técnicas de profesionales de esos campos. Un cetrero profesional
nunca permitiría que un ave suya presentara un plumaje dañado por estar en
suelo o posaderos inadecuados donde la fricción lo desgasta, no permitiría que
las uñas se le fueran desgastando, no permitiría un plumaje graso ni aparición
de clavos en las garras. De los datos que he recopilado desde que se tienen
registros de 44 centros de recuperación en España, se ha podido determinar una
causa de entrada de 3534 individuos. Pues de esos totales, 160 fueron
ejemplares expoliados y recuperados del cautiverio; representando el 4,53%. Algo
que no debería ocurrir, más aun sabiendo que los primeros datos que se tienen
son del año 1984.
FOTOGRAFÍA: Pollo con hiperparatoidismo de pollo de calzada recuperado a un expoliador. Centro de Recuperación de "El Chaparrillo" - Ciudad Real |
Las aves rapaces son bellas cuando las vemos volar, cazar,
maniobrar... cuando las vemos con un plumaje cuidado, perfecto; cuando las
vemos limpiar después de sus baños y cuidados; cuando comen las presas que
necesitan... He visto imágenes de rapaces expoliadas, en cautividad, en malas
condiciones en cuanto a su dieta, y es una imagen desagradable verlas rebosando
aceite por las plumas, enormes apósitos de grasa en el cuerpo... Cuando veo
ejemplares en cautividad, en centros de cría, en instalaciones de cetreros en
condiciones... da gusto verlas. Se las ve hermosas, fuertes, bien cuidadas,
saludables... A día de hoy en España solo conozco un centro de cría en
cautividad de la calzada. Un centro de cría legal, la cual proporciona aves a
personas que acreditan su condición de cetreros, que disponen de los conocimientos
e instalaciones adecuados, que tienen experiencia, que son legales...
Las águilas calzadas me aportan otra cosa muy importante
dentro de este mundo: conocer gente de otros campos pero con un objetivo común
que son las aves y las águilas enanas como decía Félix. Durante estos años, he
conocido grandes profesionales que han tenido o tienen calzadas para cetrería
(Pablo, Manuel, Ángel...). Me gusta hablar con ellos sobre la cetrería con
calzadas, escuchar sus experiencias, vivencias con la especie. Podemos aprender
mucho ambos colectivos, ornitólogos y cetreros, porque cada uno conocemos a la
especie en su ambiente, en su hábitat... La cetrería conoce como tener a un ave
en cautividad en las mejores condiciones posibles disminuyendo su estrés y
ansiedad pero, al mismo tiempo, manteniendo su carácter de ave silvestre. Conocen
técnicas de vuelo, recuperación, musculación... de aves rapaces desde hace
siglos. Han llevado a cabo la cría de infinidad de especies de rapaces en
cautividad con excelentes resultados. Todos estos conocimientos nos sirven y
nos pueden servir, ahora o en un futuro en el manejo de aves rapaces que entren
en la categoría de vulnerables, en peligro... Incluso en nuestro día a día
trabajando y manejando rapaces, recurrimos a las caperuzas típicas de la
cetrería.
Desde 2017 disponemos de un macho oscuro de calzadas en el
Centro Tierra Rapaz (Calahorra, La Rioja) que entró en el CRAS de Burgos. Esa
ave es irrecuperable para su vuelta a la naturaleza, debido a una lesión que
tiene en el metacarpo que no le deja abrir el ala completamente. Venía muy
pasada de peso para ser un macho, con mucha ansiedad no tolerando la presencia
humana. Gracias al trabajo del Dr. Luis Lezana de Tierra Rapaz, biólogo y
cetrero, durante este invierno, esta calzada ahora presenta un estado
excepcional. Llega a volar una distancia corta, tolera la presencia humana, sigue
siendo una calzada pero acepta al hombre. Ahora esa calzada está en una
instalación sin hacerse daño, sin ansiedad... Gracias a la cetrería. Esto son
ejemplos del buen uso de esta técnica.
Esta primavera mi amigo Pablo, el cual ya tenía un macho
claro de calzada de cetrería, ha adquirido a una hembra de pollo procedente de
la cría en cautividad. Todos sus documentos en regla, unas instalaciones
adecuadas, y una persona con grandes conocimientos de la cetrería, el
adiestramiento de rapaces, y con mucha experiencia con las calzadas. Me ha ido
enviando fotos e imágenes de esta joven que os incluyo en este posts. Da gusto
verla crecer, fortalecerse, comenzar con sus vuelos, atender a las indicaciones
que le da Pablo... Me ha comentado ayer, que ya la tenía volando 400/500 metros,
ladera abajo y que pretendía esta semana que comenzara a volar y que hiciera
altanería. A continuación os extraigo parte de unas de las participaciones de
Pablo en el foro de la página web www.cetrería.com:
Cuenta una anécdota que D. Víctor Sanz tenía en sus inicios
una calzada la cual elogió el Doctor Félix Rodríguez de la Fuente: “Bonita
calzadilla”. Le agradeció el comentario
Víctor a la vez que le preguntaba: “Y
usted, ¿cómo la volaría?”. A la que el maestro le respondió: “Sin duda alguna, ¡¡¡por altanería!!!”. Ingenuo Víctor continuó: “¿Y cómo lo hago?”. Claro como el agua
contestó el Doctor: “Ah, no sé. Tú sabrás”
Pablo sigue trabajando con ellas con dedicación, ilusión,
entusiasmo... y espero que algún día, demuestre que las calzadas sí que valen
para cetrería, y demostrar a aquellos que decían que no, que estaban
equivocados.
FOTOGRAFÍA: Hembra joven de Pablo Bracamonte en sus baños de sol ya con su plumaje completo |
La semana pasada puse en contacto a Pablo con un futuro
ornitólogo llamado Oier. A Oier le conocí por sus participaciones en el chat
que tenemos en la WebCam del Águila Calzada del P.N. Guadarrama de SEO/Birdlife.
Es un joven, lleno de entusiasmos, dando sus primeros pasos con las rapaces,
con ganas de aprender de éstas, enamorado de las calzadas... Le conocí
personalmente el 1 de julio durante mi ponencia en Tierra Rapaz. Hago todo lo
que puedo porque esté en contacto con gente ornitóloga que le puede enseñar
mucho y encaminar hacia esta profesión, afición, devoción o enganche (a veces
ya no sé muy bien lo que es) de las rapaces. Sabiendo el interés y ganas que
tenía de ver calzadas, tocarlas, verlas en vuelo... le puse en contacto con
Pablo. Se vieron la semana pasada y estuvieron con las reales, calzadas...
saliendo al campo a volarlas un rato... Para un chaval como Oier que disfruta
de las calzadas en el campo, el poder tener a unas cerca, tocarlas, llevarlas
en el puño, volarlas... es de las experiencias más grandes que puede tener.
Esperemos que el año próximo las pueda manejar en el campo si coincidimos en
alguna jornada de campo. Por otro lado, aprender de una especie de cetrería con
una persona de la trayectoria, experiencia y sabiduría de Pablo Bracamonte, no
tiene precio.
Resumiendo, cetrería SI; gañanes que dicen ser cetreros NO.
FOTOGRAFÍA: Oier con la hembra de Pablo Bracamonte; contacto visual intenso |
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