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jueves, 13 de junio de 2019

Mis comienzos...

Siempre me acordaré de cómo surgió en mí la pasión por las aves rapaces. Y para ello, hay que remontarse a la década de los 70. Por aquellas fechas, más concretamente el 21 de marzo de 1975, se emitió el primer capítulo de la serie Fauna Ibérica, dirigida por el naturalista Félix Rodríguez de la Fuente. No se me olvida como los viernes, nada más salir de clase, después de ir de compras con David, mi padre, llegaba a casa, me duchaban y ya estaba listo para sentarme delante de la televisión y comenzar a disfrutar de aquellos documentales que me adentraban en un mundo apasionante. Esa forma de trasmitir de Félix Rodríguez de la Fuente, esos paisajes, esas grabaciones, esos animales... me parecía todo maravilloso. Más aún para un niño que iba al colegio con 7-8 años, con pantalones cortos y calcetines hasta las rodillas (como me ponía Nieves, mi madre) y que vivía en Alicante. 

Disfrutaba con todos los capítulos, pero en especial con los dedicados a las rapaces: el águila imperial ibérica, pequeños cazadores alados, aves rapaces nocturnas... Dos capítulos en especial me hicieron, aunque yo no lo supiera en ese momento, dirigir mis pasos al estudio del águila calzada. El primero de ellos fue el capítulo 88, titulado Rapaces Ibéricas Diurnas, emitido el 9 de mayo de 1981. El segundo lo vi con posterioridad ya que era muy pequeño cuando se emitió el 5 de febrero de 1976; era el capítulo 19 titulado El valle de las Águilas. En ese primer capítulo, pude ver una hembra de calzada clara, posiblemente en su segundo año calendario, realizar un picado impresionante para capturar un lagarto ocelado, el cual ya había salido de algún intento de predación como nos mostraba su cola cortada comenzando a regenerarse. Escuchando de nuevo la narración, 36 años después, tengo que resaltar cómo Félix ya intentó hacer ver a la sociedad española, que las calzadas no eran competidores del hombre en la captura de especies cinegéticas. Detecta un cambio en las presas capturadas por esta especie como consecuencia del declive del Conejo. Ya abordaremos el tema de la dieta en el capítulo específico dedicado en esta monografía.


El segundo capítulo, el Valle de las Águilas, nos muestra una Calzada clara de cetrería. Nos hace un estudio de sus características morfológicas principales. Nos la presenta como una réplica pequeña del águila imperial ibérica. Escuchaba cosas que más tarde pude aprender de estas pequeñas águilas; hablaba de especie migratoria al sur del Sáhara, de Dimorfismo Sexual Inverso (RSD) en tamaño, y muy importante, ya decía él que había RDS en cuanto a plumaje. 


¿Quién es Satán?

Subo este pequeño post, para que los seguidores de Princess y Lizard de la WebCam del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, conozcan a Satán. La imagen es de José Manuel Hiniesto de los Ríos de uno de los días que ha estado grabando a esta pareja. 

Le llame Satán acordándome de una fotógrafo indio, el cual ante una calzada de este tipo, denominó su foto como la mirada de Satán al matar una presa. Es un ejemplar precioso, intermedio, y sobre esa cara oscura, destacan esos ojos amarillos, intensos. Este año tuve la gran suerte de verlo llegar de su migración. Revisando las cámaras del nido, fue ese día el que llegó de su migración a su casa. Venía por dentro del pinar, por el norte. Venía con un buen buche. Era un viernes lluvioso, frío. Diana ya había llegado unos días antes; él todavía no. Pues llegar a su nido, observar una paloma en el claro que tiene alrededor del nido, y sin pensarlo, se tiró a por ella y la mató. Yo dentro del hide flipando con este ejemplar.

A la hembra, pensé en llamarla Artemisa, nombre de la diosa griega de la caza y de los animales salvajes. Pero me gustaba más el nombre que los romanos dieron a esta diosa: Diana. Le he puesto este nombre porque Diana (Artemisa) se caracterizaba por ser fuerte, valiente... y esas cualidades, son las que va a necesitar esta hembra para evitar, repeler, rechazar... un posible ataque de un potencial depredador.


Princess y Lizard, pronto padres

Hace ya tiempo, un 06/05/19 a las 20:08 cuando la hembra, a la cual bautizamos como Princess, colocaba el primer huevo de la puesta de este año 2019 de la pareja que comenzamos a seguir el año pasado gracias a la WebCam del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama (Madrid).

Ayer me pareció observar una pequeña grieta en uno de los huevos. Pero esta mañana, sobre las 09:22:18, he visto como la hembra realizaba un movimiento en el dorso, como si la estuvieran empujando por debajo. Lo ha vuelto a repetir a las 09:23:20, otra vez a las 09:24:50. 

Sobre las 09:56, en el momento en que el macho, llamado Lizzard, ha relevado a Princess en cubrir los huevos, he podido ver el orifico claramente que ha realizado el primer pollo con su diente de huevo para poder salir al exterior. El macho cuando entra y lo ve, se sorprende un poco y se echa. A los pocos minutos, ha entrado la hembra después de sus descanso matinal, y se ha vuelto a ver el orificio claramente. Ahora ya es cuestión de esperar. El año pasado la eclosión del primer huevo nos llevó unas 22 horas, el segundo se alargó hasta las 26 horas.



Aquí os pongo el vídeo en el momento en que Lizzard se echa sobre la puesta viéndose el orificio que ha abierto el primer pollo.