En lo referente al hábitat del Aguililla Calzada hay que distinguir entre el área donde ubica su nido y que defiende frente a otros competidores (área de nidificación, territorio) y el área que utiliza para cazar.
Fotografía: Juan Pablo Fuentes© |
En cuanto al hábitat de cría, la Calzada no puede ser calificada como una especie típicamente forestal (Pagán et al., 2004). La Calzada puede nidificar en pequeños bosquetes aunque utiliza grandes masas de arbolado si están disponibles (Campión y Donázar, inédito; Suárez et al., 2000). Por el contrario, otros autores establecen que el área mínima de una pareja de calzadas no debe ser inferior a 100 ha (Tucker y Evans, 1997). En Cataluña nidifica preferentemente en pinares de pino laricio mayores de 5 ha (Bosch i Prat, 2011).
La población de las Islas Baleares puede ser calificada de excepcional ya que prefiere los roquedos para ubicar sus nidos como hace la subespecie de Sudáfrica.
Cada vez es más frecuente que la Calzada ubique sus nidos en pequeños bosquetes cercanos a los pueblos o ciudades. En estos años he localizado nidos en los sotos fluviales en las afueras de la ciudad de Ávila y en Valladolid. Son lugares de cría tranquilos, sin molestias y sin acceso de personas. Esta tendencia parece que se produce en poblaciones con altas densidades de pareja; por ejemplo, en Cataluña (Bosch, 2005) las Calzadas seleccionan el hábitat de nidificación lo más lejos posibles de viviendas habitadas.
Por el contrario, en Cataluña prefiere nidificar lejos de casas aunque tolera que haya carreteras y pistas. Nidifica en bosques grandes y densos de pino negro y la orientación del nido se sitúa hacia el norte, lo que puede estar relacionado con la dirección del viento, la altitud y quizás la radiación solar (Bosch et al., 2005; Bosch i Prat, 2011). Orientan en Cataluña los nidos hacia el norte, aunque en altitudes superiores a 1.000 m los nidos tienden a orientarse hacia el sur (Bosch i Prat, 2011). La orientación de los nidos en Cataluña diverge 156º de la dirección dominante del viento (Bosch i Prat, 2011).
En la península ibérica ocupa infinidad de hábitats forestales con la única condición de que el paisaje en dichas áreas sea en mosaico (Iribarren, 1975; Jordano y Torres Esquivias, 1981; Tucker y Evans, 1997; Sánchez-Zapata y Calvo, 1999) evitando grandes zonas desarboladas. Se ha comprobado una correlación positiva entre la densidad de Calzadas y el índice de fragmentación del hábitat en Navarra (Campión y Donázar, inédito).
El desarrollo urbano en paisajes en mosaico de la Sierra de Guadarrama afecta positivamente al Águililla calzada, probablemente debido al incremento en la disponibilidad de sus presas potenciales (Palomino y Carrascal, 2007).
Podemos encontrarla desde pinares costeros de Cádiz (Ceballos y Guimerá, 1992), pinares de pino silvestre en la Sierra de Guadarrama (Díaz, 2005), pinares de pinos resineros en la Sierra de Gredos y valle del Tiétar (García Dios y Viñuela, 2000), formaciones de pino salgareño en Cataluña, encinares adehesados como en el centro peninsular (Díaz et al., 1994), alcornocales (Urios et al., 1991), bosques de quejigo y melojo, cultivos de castaños, sotos fluviales (De Juana, 1989), hayedos mixtos (Iribarren y Rodríguez Arbeloa, 1988) y eucaliptales (Suárez et al., 2000).
Se localizan nidos desde el nivel del mar hasta más de 2.000 metros (Ferguson-Lees y Christie, 2001).
Pinares de la Sierra de Gredos |
Diversos estudios han querido definir que variables son las que determinan la presencia o ausencia de la Calzada en un determinado hábitat. Poirazidis et al. (1996) determinaron seis variables significativas: diámetro del árbol, densidad del ramaje, localización de ladera, estadio de desarrollo, densidad de la cobertura y hábitat de borde. Suárez et al. (2000) establecieron su modelo usando cinco variables como la longitud de carreteras o pistas no asfaltadas, longitud de líneas eléctricas, porcentaje de marismas, porcentaje de alcornoques y distancia a la construcción aislada más cercana. Sánchez-Zapata y Calvo (1999) determinaron que la proporción de cobertura forestal y la cantidad de habitat de borde entre el bosque y la superficie agrícola eran muy buenos indicadores para predecir la densidad de calzadas.
Bustamante y Seoane (2004) han señalado en un estudio realizado en Andalucía que la probabilidad de presencia de Aguililla Calzada se incrementa con la orientación al sur, con bosques densos y con matorrales dispersos. Pagán et al. (2004) determinan que la fidelidad a un determinado territorio puede deberse a la calidad del hábitat y a la edad y experiencia de los individuos reproductores.
En Baleares selecciona en invierno las inmediaciones de humedales y áreas agropecuarias fragmentadas y con cultivos arbóreos. Los pinares son usados en proporción a su disponibilidad y los encinares son evitados (Palomino y Molina, 2012).
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