Siempre he pensado, y cada día estoy más convencido, de que el escaso dinero que hay disponible para la conservación de la naturaleza, debe ser invertido en todas aquellas especies que tenemos en nuestra fauna, de las cuales nadie se acuerda (insectos, arácnidos...), o que han sido mínimamente estudiadas algunas de ellas desconociéndose su estado poblacional, en regresión, etc. Desde mi punto de vista, habría que dejar de invertir dinero en proyectos de reintroducción de especies que no son prioritarias, no están en peligro de extinción, etc. Antes de nada, debemos conocer las que están en nuestro territorio, estudiarlas, mejorar su estado, etc. Y menos aún invertir dinero en llevar ejemplares de especies a zonas donde se extinguieron hace mucho tiempo, o incluso donde las pruebas de su pasado son rebatidas y puestas en duda. En otros casos, hay especies que poco a poco están expandiéndose, incrementando su área de distribución sin necesidad de recurrir a la suelta de ejemplares. Mejorar sus hábitats, reducir las causas de mortalidad no natural, incrementar su producción...

El caso que nos ocupa en este post, es la relación entre el águila calzada (Hieraaetus pennatus), y el águila perdicera (Aquila fasciata). Desde 2024, gracias al apoyo de la Foundation Mallorca Preservation, comenzamos a estudiar la población de Mallorca del águila calzada. En 2011, el gobierno de las Islas Baleares, con el apoyo del proyecto LIFE, inició el proceso de reintroducción de esta águila en Mallorca. Habría que analizar dicho proyecto de reintroducción, para ver si se estudió el impacto de este superdepredador sobre otras especies de rapaces, y demás fauna presente en la isla. Y mientras este proyecto se iniciaba, algunas población de perdicera de Castilla y León desaparecían. Algo que no llego a comprender...
Desde 2024, hemos equipado a once (11) ejemplares jóvenes de águila calzada con emisores Ornitela GPS/GSM para comprender y estudiar la dinámica de la especie en la isla, así como aspectos como la migración, dispersión, filopatría, causas de mortalidad, etc. Durante 2024, tuvimos la pérdida de dos ejemplares (macho morfo claro, y hembra morfo claro) por águila perdicera, en esta temporada 2025 ya hemos tenido la tercera baja (hembra morfo claro).
El pasado 25/10/2025, sobre las 14:49 (UTC+2), la perdicera captura al joven por encima de una masa de acebuche, y sotobosque de Smilax aspera. Estaba volando sobre unos 350 m.s.n.m. Una vez capturada, le da muerte en suelo (129 m.s.n.m.), y durante la jornada del 26/10/2025, se alimenta de los restos, lo cual nos lo va mostrando los acelerómetros del emisor que portaba.
Se comunicó el incidente a los Agentes Medioambientales de Baleares asignados al Proyecto Pennatus, los cuales se desplazaron a la zona la mañana del lunes 27/10/2025. Rápidamente, localizaron a un joven morfo claro depredado, pero sorpresa!!! no tenía ni anilla, ni emisor ni era la hembra que estábamos buscando. Es decir, el día antes o esa misma mañana, tuvó que capturar a otro ejemplar de calzada, cuyo restos seguía consumiendo cuando se llegó a la zona. Se siguió prospectando el área, hasta que al final aparecieron los restos de nuestra hembra, confirmando lo que ya habíamos determinado por el emisor.

Este ejemplar fue equipado con emisor el 27/06/2025, justo hace 4 meses desde ese momento. Han sido pocos meses de vida, pero por lo menos, nos ha mostrado sus movimientos hacia Cabrera y Sa Dragonera, y mostrarnos la gran presión que está ejerciendo el águila perdicera a la especie. Habrá que empezar a estudiar, si está depredando obre sotras especies de aves que presentan poblaciones sensibles en la isla, caso por ejemplo de la pescadora, además de cuantificar el impacto de este superdepredador en las dinámicas de estas poblaciones, y estimar los posibles impactos negativos de esta reintroducción, los cuales no debieron ser estudiados antes de comenzar el proyecto.