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martes, 27 de septiembre de 2016

POBLACIÓN INVERNANTE DE CALZADAS

Ya por último, aunque no por eso menos importante, todo lo contrario, hay que abordar la población invernante. Hay un debate abierto sobre si la calzada está sufriendo un proceso de sedentarización, si se está convirtiendo algunas zonas de Andalucía y Levante como zonas de invernada, etc. Hemos visto en el post anterior que la población de individuos invernantes en España estaría en torno a los 200 ejemplares. También sabemos que la Calzada es una especie estival migradora que pasa con nosotros desde el mes de marzo al mes de septiembre de media. Y también sabemos que después pasa el otoño e invierno en África Tropical pasando por el Estrecho de Gibraltar, Messina o Bósforo al continente africano. Hasta ahí todo claro.

Atlas de las aves en invierno en España 2007-2010. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. SEO/Birdlife. Madrid
Pero qué pasa si empezamos a salir al campo en el mes de octubre, noviembre o enero y vemos Calzadas en Ávila, Valladolid o País Vasco? y si vemos los movimientos de dos calzadas marcadas con emisores satélite en Málaga y Ciudad Real (www.migraciondeaves.orgy vemos que pasan el invierno en Valencia? Una aclaración: si vemos Calzadas en Baleares no son invernantes ya que esa población es sedentaria.






Allá por la década de los 90, mi amigo y director de Tesis, Javier Viñuela junto a Sunyer publicaron un trabajo sobre Invernada de Rapaces en la península ibérica y Baleares. En dicho trabajo, recogen la tendencia a la sedentarización desde mediados de la década de 1980 en el sur y SE de España. En ese trabajo, sólo encontraron 1 ejemplar de Calzada en el norte de Huelva invernante. 

Con posterioridad, Martínez & Sánchez-Zapata (1999) indican una invernada regular de un número importante de individuos, principalmente en las provincias mediterráneas, aunque aún no se conoce si se trata de un verdadero fenómeno de sedentarización.

En el presente siglo, ha habido un aumento de observaciones invernales en Andalucía, Comunidad Valenciana, Cataluña, Extremadura e incluso en zonas del norte. Durante el periodo 2007-2010, se han registrado hasta 12 aves en la albufera de Valencia en diciembre de 2008 y en enero de 2010, donde ha aumentado tanto el número de avistamientos como el máximo de aves registradas en invierno y con un presencia regular de ejemplares (Gómez-Serrano et al., 2000; Dies y Dies, 2004; Dies et al., 2011). En Cataluña, Bosch (2011) también recoge en su artículo la presencia de un pequeño contingente de en zonas pantanosas, ambos cerca de la costa (Delta del Ebro, Delta del Llobregat, los Aiguamolls de l'Empordà) y en el interior (Lago de Ivars-Vila-sana, Estany de Banyoles, Embassament d'Utxesa), y también en cuencas como Ebro, Ter, Llobregat y Segre. De vez en cuando,también, los individuos han sido localizados en el interior áreas no relacionadas con los ríos y pantanos.

Vamos a recurrir al Atlas de las Aves en Invierno en España 2007-2010 del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente-SEO/BirdLife para ver qué sabemos de este proceso a día de hoy.

Lo primero que dice este trabajo es que la Calzada se considera una invernante rara. De todas las observaciones que se tienen de las calzadas en la península Ibérica en otoño e invierno, el 36% de todas las aves fueron detectadas durante el mes de enero (n=73). Se excluyen los meses de noviembre y febrero ya que se muestreó menos en el campo y porque podrían tratarse de individuos tardíos o muy tempranos.

Del análisis de esos registros, los autores del Atlas dicen "así, las águilas calzadas presentes durante los meses netamente invernales (diciembre y enero, fundamentalmente) se distribuyeron muy mayoritariamente a lo largo de las costas de Andalucía, Murcia y Comunidad Valenciana, con dos focos de particular importancia en los tramos finales de los ríos Guadalquivir y Segura. Aunque también apareció en pleno invierno en el interior peninsular (Extremadura, Madrid o Castilla y León), el carácter de estas citas fue mucho más anecdótico. Todo esto confirma la idea, basada en las citas registradas en la literatura para los meses de diciembre y enero (Martínez y Sánchez-Zapata, 1999; De la Puente en Del Moral et al., 2002; Gainzarain, 2006; Albert-Fernàndez y Cama en Herrando et al., 2011; y en el “Noticiario Ornitológico” de Ardeola, vols. 50 a 57), de que la especie debe considerarse en la Península como un invernante regular pero escaso en su tercio más meridional, y como accidental o raro en el resto".

Más cosas interesantes del Atlas es el hábitat que prefieren las Calzadas a la hora de invernar. Para este apartado se han utilizado las observaciones realizadas con los individuos de las Baleares por ser mayor el número de contactos. La especie selecciona las inmediaciones de humedales, como embalses, albuferas o arrozales así como áreas agropecuarias fragmentadas (donde alcanza sus mayores densidades, superando 1 ave/10 km2) y con cultivos arbóreosDe entre los medios netamente forestales mejor representados en el archipiélago, los pinares son ocupados en proporción a su mera disponibilidad, pero los encinares son relativamente evitados. Las observaciones de individuos en invierno en la parte peninsular parecen estar también ligadas preferentemente a ambientes húmedos con registros habituales en humedales como marismas del Guadalquivir, delta del Ebro, Albufera de Valencia o embalse de El Hondo (Alicante).

En vista de los resultados ya queremos saber lo que dicen los autores sobre la Evolución de la Población Invernante. Llegado a este punto se concluye que se desconoce su evolución invernal a escala nacional, aunque parece que su presencia durante el invierno pueda estar incrementándose en paralelo al aumento de su población nidificante (Palomino y Valls, 2011). 

Por lo tanto, tenemos que concluir que la población de Calzadas que invernan en la península y Baleares está aumentando, que si que estamos asistiendo a un proceso de sedentarización de algunos individuos de la especie. Hay dos variables que condicionan a una especie como la Calzada a migrar que son la climatología y la disponibilidad de especies presa. Por todos es sabido el cambio en la meteorología en nuestro país como consecuencia del Cambio Climático. Estamos a finales de septiembre y aquí en Valladolid estamos con temperaturas de 27º C. Sin lluvia ni días de heladas ni nieve ni viento, la Calzada campa a sus anchas. 

La segunda variable: las especies presa. La Calzada se ha ido ajustando a lo que le da el medio y lo que favorece el hombre. El grupo de especies presa principales son las aves; ya no son los reptiles que podrían tener un parón invernal en el interior de la península. Pero aún más, la Calzada ha sabido meterse en las ciudades a cazar. La vemos en Valladolid, Ávila, Cáceres, Madrid... en busca de comida. En esos hábitats tiene comida de sobra: gorriones, urracas, estorninos, palomas bravías, torcaces... que están activos y en gran número todo el año.

Fotografía: Jesús Giraldo©
Por lo tanto, si hay comida y hace muy buen tiempo ¿para qué necesitan hacer más de 3000 kilómetros para llegar al Subsáhara pasando un Estrecho y jugarse la vida cuando aquí lo tienen todo?

En el programa de TVE, España en 24 horas, que saldrá la Calzada en esos 90 segundos, hablaremos de ello.

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