Que las hembras de águila calzada son unas madres excepcionales, creo que a estas alturas ha quedado claro. Nada más hay que verlas aguantando lluvia, granizo, nieve, frío, viente, altas temperaturas... para evitar que los huevos y/o pollos puedan verse afectados. Cuando toca dar de comer a los pollos, las vemos con una delicadeza sin igual, dedicando todo el tiempo del mundo es cebarlos, insistiéndoles aunque ya tengan el buche lleno, etc. Pero a veces llega hasta tal punto esa dedicación, que podemos ver a las madres hasta de noche, arreglando y limpiando a sus pollos. Les da lo mismo despertarlos, ellas quieren arreglarles el plumaje, y como lo sienten lo hacen. Os subo un vídeo de esta hembra primeriza con su único pollo en julio, donde podéis ver como le está arreglando las plumas del píleo pasadas las once de la noche.
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