El debate ya se abrió hace tiempo. Estamos en un país que nos gusta debatir, y además como dicen en los pueblos de Gredos, porfiar. Hay muchas personas, que les gusta debatir si emisores si o no, marcas alares, cámaras de fototrampeo, y como no, DRONES!!!
Lo primero es que debatir es fácil, más aún sin pruebas ni datos, o incluso cuando te inventas los datos jajajaja. Pero ya hablando en serio, no de puede hablar de un sistema, método, técnica, equip, etc., sin datos que avalen la postura defendida. Todo debe ser investigado, evitando sesgos, con tamaños muestrales adecuados, etc., para llegar a conclusiones. No es aceptable, que porque uno piense que ese equipo afecta a una especie, empezar una batalla en contra del método o del equipo. Ni tampoco es ético, esconder pruebas que van en contra de tu método o técnica, para evitar debates o prohibiciones.
Hace tiempo que perdí el interés en entrar en debates infructuosos, además de que tengo otras muchas cosas que hacer en favor de las calzadas que estar respondiendo comentarios sin rigor, ya sea con el tema marcas alares, cámaras de fototrampeo, emisores, etc. No merece la pena debatir sobre si uno ha usado una cámara de fototrampeo de 30€, y crea molestias, con nuestros equipos, metodología, protocolo, etc. Lo mismo para marcas alares, y emisores.
En cuanto al tema del dron, lo mismo. Hay bibliografía que avala el uso de los drones, y otros que la critican aludiendo a molestias, ataques y heridas. El Proyecto Pennatus tuvimos autorización para el uso de dron. Se solicitó en aquellos territorios donde habia fracaso reproductivo, para no tener que acceder al nido. Hicimos alguna prueba, pero decidimos no utilizarlos ya que los nidos estaban debajo de poca, zonas muy frondosas con muchas ramas, etc. No era viable.
Hace unos días, me llego una fotografía de un joven de águila calzada yendo hacia un dron, hecha en Sabiñan, valle medio del Jalón (Zaragoza).
Se puede ver claramente que es un águila calzada con sus luces de aterrizaje muy bien marcadas. Y ahora qué podemos decir. Desde mi punto de vista, no se deberían usar drones en el territorio de un águila calzada durante su estancia en nuestro país. El mero hecho del vuelo cerca del nido, puede ser considerado por la pareja territorial como una amenaza para la puesta y/o nidada, lo cual hará que los ejemplares se tiren hacia él. La velocidad de un picado de un águila calzada, puede estar entre 70-120 km/h. A esa velocidad,no hay operador que pueda evitar el impacto del ave con el dron, lo cual podría conllevar lesiones y heridas, con el consiguiente daño al ave, comprometer su salud, y fracaso de la puesta o nidada.
Cuando ya estamos entre los meses de julio-septiembre, además del peligro de tener dos adultos sobrevolando la zona, nos encontramos con 1-2 jóvenes que están en la fase de independencia. Los jóvenes de calzada son muy curiosos, además de valientes (o Inconscientes). De ahí que ante una posible presa que identifican, van a ir a por ella. Todavía están aprendiendo lo que es una especie presa, lo que es una especie juego, o lo que es una especie peligrosa. Por este motivo, cualquier dron que pase cerca, y si ellos ya tienen suficiente destreza en el vuelo y en la caza, saldrán a ver si la pillan, lo cual podrá provocar los mismos peligros que para los adultos.
Si el uso del dron se realiza por temas laborales en la zona, se debería contar con dos personas durante su uso. Una de ellas debería ir equipada con prismáticos, conocer las aves, etc., para avisar rápidamente al técnico del dron de bajarlo al suelo en caso de presencia en la zona de alguna rapaz que pueda ir contra el equipo. Todo lo que no sea así, puede provocar situaciones como las que veis en la fotografía, con un resultado incierto. Ante todo sensatez y precaución.
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